
Hoy repasando en el práctico los 6 ejes personales me encontré hablando de algo viejo y nuevo a la vez. Ver los 12 signos en 6 ejes me deja esa sensación que quizás ustedes también tengan en este momento: Esto empieza a ponerse más que bueno. ¿Quien no percibió alguna vez que los quesos más podridos sean los más exquisitos y que un buen malbec necesita de muchísimas uvas en descomposición para hacerse bien sabroso? No es nuevo esto para mi ni para casi nadie. Pero sinceramente, desde ese teórico en que conocimos a la "vaca de Eugenio" (la tiene atada?) comencé a poder explicar con palabras esa sensación de que hablábamos de la misma energía. Y entender ahora que aries y libra son la misma energía, que en el fondo se trata de lo mismo, de nada más ni nada menos que del deseo, genera en mí una sensación de felicidad muy grande.
Empezar a realmente y de una vez por todas ver constelado, percibir esta realidad, esta vida/muerte/vida como una sola cosa. Sentir vibrar esta realidad, tan dificil de expresar en fórmulas y en teorías fisicocuánticas, dibujada en un lenguaje simbólico sagrado y único en mi mente y en todo mi ser.
Y sentir por sobre todas las cosas que somos estrellas de cinco puntas conectadas con tela de araña unas con otras, suspendidas en un inmenso e interminable cosmos.
Comparto totalmente la alegría y felicidad que me da tener el privilegio de acceder a este lenguaje sagrado.
ResponderEliminarSe revela el revés de la trama... el "ver junto" nos hace percibir desde otro lugar, salir de lo escindido. Me parece muy reparador, sanador.
Encontrar un lenguaje que simbolice y dé sentido a "sentires y vibrares" inexplicables con el lenguaje habitual también lo es!!
Al menos así lo siento - vibro yo...
Beso!
Coincido con vos, creactivo. Hoy a la mañana, post práctico sobre ejes, me puse a pensar en el regalo que estamos recibiendo. Una “herramienta” (no es la palabra más feliz, denota utilitarismo, pero no encuentro otra) sutil, delicada, poética, pero a la vez tan evidente, que nos permite poder ver cómo la danza de la vida y el todo
ResponderEliminar(vínculos, objetos, desde lo más trivial hasta lo más hondo, lo micro y lo macro) empieza a revelar sus colores, sus tonos.
En seguida lo asocié con algo que pasa cuando pintamos un mandala. La maravilla calidoscópica está desde el vamos, pero no se percibe como tal. En cuando empezamos a colorear, el equilibrio intrínseco se hace visible, las compensaciones, complementariedades de un lado y del otro emergen, empiezan a moverse. Y el resultado es hermoso, no podría ser de otra manera. Es una orquesta, un baile, una fiesta en la que necesariamente están todos invitados.
…
(Acabo de mirar el mandala que tengo en la pizarrita del trabajo. Lo pinté hace bastante, mucho antes del universo Casa XI. ¿Pueden creer que es el mandala de los planetas? Un ínfimo insight cotidiano que me alegra de poder compartirlo con ustedes en tiempo real).